La Semana Santa para muchos no es
más que un período de días de descanso, para nosotros los cristianos su
significado es otro, se trata de la conmemoración anual de la pasión, muerte y
resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Por ende, para aquellos que
profesamos el valor de la fe es un periodo de reflexión, una fe que nos da la
tranquilidad de saber que todo obra para bien, fe que nos llena de energía y
esperanza para enfrentar el porvenir, porque creer nos da la fuerza para vivir
y renueva nuestro espíritu todos los días.
Vamos a tratar de hacer de estos
días un tiempo de unión familiar y tomar las medidas de prevención necesarias
para evitar el luto y el dolor en nuestras familias, pues debemos recordar que
en estas fechas celebramos la vida, no la muerte.
En Cierta ocasión le dije a mi
Madre:
¿Quién es Jesús? – Le pregunté y ella
respondió: “El Hijo de Dios”.
Tuve curiosidad de conocerle,
aunque pensé que no se veía muy feliz para ser el Hijo de Dios pues estaba
clavado en la Cruz.
Sin embargo ella dijo que Jesús
me quería conocer y que si yo era un buen niño tendría que ir a la
escuela.
Sentí emoción y deseo por asistir
a conocer al Hijo de Dios, pero esos no eran los planes de mi maestra, quien
puso un velo sobre mi alma.
Ella solía decir que el Hijo de
Dios aún sufría en la Cruz y que cada vez que me portaba mal Jesús sangraba.
Y concluía diciéndome:
! Por tu culpa ! ! Por tu culpa !
! Por tu grande culpa !
A partir de ese entonces cada vez que le miraba clavado en ese madero
sentía gran impotencia pues yo no quería
que sufriera por mi grande culpa.
Realmente me esforcé por no
lastimarle, y cada vez que hacia una travesura o tenia malos pensamientos
sentía su dolor.
¿Qué grande pecado puede tener un
pequeño? si de ellos es el Reino de los Cielos.
Sin embargo yo no lo sabía, Con
grande dolor en el corazón me despedí de Jesucristo, creyendo que algún día le ayudaría a bajar de la Cruz.
Hebreos 9:28 “Ciertamente llevó
él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por
azotado, por herido de Dios y abatido.
Mas él herido fue por nuestras
rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre
él, y por su llaga fuimos nosotros curados.”
Isaías 53:4-5 Amigos y amigas, Dios les bendiga a Ustedes, a sus familias y
nos ayude a hacer más grande, más próspero y más feliz a Nuestro Perú.
Espero que la resurrección de Cristo
sea un nuevo renacer en nuestras vidas y que se haga realidad en cada una de
las acciones cada día, felices pascuas de resurrección y que Dios les bendiga
siempre.
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